La primera oportunidad para impresionar.
Asúmelo. ¿Cuántas veces has elegido un producto y no otro porque la caja que lo contiene te gustaba más? Y, es que, en cuestión de segundos el packaging es percibido por todos los sentidos de tu buyer persona que le hace comprar ese producto y no otro.
Pero el packaging además de captar la atención del potencial cliente, generará una experiencia de compra que quedará registrada en la memoria del cliente asociada tanto al producto o servicio como a la marca.
Los materiales del embalaje y del diseño deben resaltar el valor clave tanto del producto como de la marca, además de existir una concordancia entre el packaging y la identidad corporativa. Así, el usuario identificará de forma rápida a través de la tipografía, diseño o uso de unas determinadas ilustraciones a la marca que está adquiriendo.
El diseñador gráfico será el encargado de planear todo el diseño, desde el diseño de prototipo, elegir el tipo de embalaje y sus acabados hasta cómo comunicarán sus etiquetas. Su responsabilidad será encontrar el punto adecuado entre marca y packaging. La segunda perspectiva es la del proveedor a quien se le plasmará la idea del packaging para su implementación y producción.